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Hipocresía

Todos somos hipócritas, todos, aunque no nos guste, aunque no queramos, aunque no sea nuestra intención, hablamos mucho, hacemos poco, criticamos por envidia y luego alabamos por falsas idolatrías. En parte la hipocresía es necesaria, dime ¿cómo sería posible la diplomacia? O la, mayoría de las relaciones humanas? La vida en sociedad? Pues tu si, tu misma sinapsis, que criticas la hipocresía, los buenos modales y normas de conducta requeridas por la sociedad son en muchos casos más obligación que voluntad, o sea, hipocresía. Y nos guste o no, la sociedad es parte de lo que somos, así como la mentira y la hipocresía Si señores, eso es correPto, así que odias a la sociedad, odias a la mentira, te odias también a ti mismo… oh wait…

Escribo al respecto porque andaba leyendo algo que publico una amiga, en la que critica (con bastante razón) la mentalidad que tienen nuestra ciudad natal, es decir, una mentalidad bastante conservadora, cerrada, que juzga a primera vista y observa a la segunda. Ella se refiere a un caso específico, la ropa. Consciente o inconscientemente lo que vestimos refleja mucho de nosotros, de la moda, de la sociedad. Quieres saber cómo era una sociedad en una época? Quieres identificar una época basada en una foto? Mira la ropa, mira sus peinados, mira su estilo, probablemente en muchos casos te dirá mucho más de ese momento histórico que un libro.

Ella describe que mientras estuvo fuera de la ciudad unos meses podía vestirse como quisiera, y que ahora que regreso a su ciudad no puede. De alguna manera me alegra que esto ocurra, pero de otra me entristece. Me entristece porque demuestra la mentalidad de las personas de juzgar, de desaprobar a alguien solo por la ropa que usa. Me alegra porque nos sirve de ejemplo a todos. A ella y a mi y al lector fantasma.

Porque a ella?
Durante el transcurso de mi corta siempre me ha gustado vestirme, digo, más bien disfrazarme. Mezclar colores que la mayoría de la gente a mi alrededor no usaba. Usar pantalones de cuadros con camisas de flores, vestirme como un canario, tan solo porque el amarillo es divertido, o vestirme emo, porque si, porque quería. Esa amiga en cuestión, justo con otra, en repetidas ocasiones me molestaba al respecto, me decían nombres y ese tipo de cosas. La verdad lectores, a mí no me importaba, total, la que usaba esa ropa era yo, y todos tienen derecho a manifestar su opinión, pero en una mínima parte me molestaba, porque a la final, es en cierta forma “bulliying”.

Para ser honestos, todos somos malos en el colegio, todos molestamos a alguien, y bueno, ya yo estaba acostumbrada de que se metiera conmigo por diferente, así que uno más, uno menos, qué más da.
Me contenta de que ella haya viajado, haya ampliado su mente, y se haya dado cuenta de cómo es la situación, de que de alguna manera, antes ella la que se burlaba, pero creció como persona y se dio cuenta de lo inmaduro que es eso. Pero ahora, que esta devuelta en la acera caliente, no puede usar la misma ropa que en la pasarela, porque sabe que las personas la tratarían como ella me trato a mí.

Porque a mí?
Porque así como ella comete errores, yo los cometo también, decimos cosas, hacemos cosas y no nos damos cuenta del daño que le hacemos a los otros hasta que lo vivimos en carne propia.

Porque al lector?
Pues porque es un claro ejemplo de que de alguna manera la gente aprende, la gente progresa, sea destino, sea casualidad, sea karma, sea penitencia divina, lo que tu das se regresa. Si eres una persona consecuente, aprovechas esa lección y asimilas ese conocimiento: te das cuenta de tus errores.

No quiero que me malinterpreten, yo realmente la aprecio mucho, y no estoy diciendo que sea una mala persona ni nada por el estilo, solo digo, nos equivocamos y no nos damos cuenta o no lo queremos admitir, somos hipócritas por negación o por omisión. Defendemos los derechos de la mujer, pero cuando comparamos algo que hizo una mujer con algo que hizo un hombre, siempre ella es la regalada y él es simplemente “hombre”. Defendemos a la naturaleza, pero no imprimimos por ambos lados del papel. Les pedimos a los demás que cambien y no cambiamos nosotros. Y seguimos siendo hipócritas todos.
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Casualmente Casualidad

Sera cliché, será ordinario, será estúpido, será iluso, será inútil, pero hay algo que me cautiva de ciertas comedias románticas, la casualidad. No tengo claro el concepto de destino, de camino predestinado, de almas gemelas que de repente tropezaron en una avenida y ahora son felices para siempre. Pero las coincidencias, sea por leyes de la estadística o predestinación divina, existen.

Sabes tú esa escena? Caracterizada por una canción de ritmo alegre y una voz melodiosa? Los protagonistas se encuentran cada día, vamos a ponerlo en una tienda de café. Todas las mañanas buscan su café, café ordinario, día ordinario, propósito ordinario, pero se cruza una mirada, una mirada extraordinaria, que lleva a una sonrisa extraordinaria.

Ambos sujetos se ven más o menos con cierta frecuencia, no saben quiénes son, y sin embargo, eso los une y los alegra, empatía de horarios quizá? Me encantan esas escenas, porque en ese momento, esa sonrisa, esa mirada cómplice… todo es posible, si lo es, puede que sea nada, o que lo sea todo, pero justo ahí, ese milisegundo hay una chispa (si chispa…) que puede encender una llama eternal, o puede evaporarse en el viento…

Apartando el caramel que se acaba de empegostar en la melaza de lo anterior eso nos ocurre a todos, de alguna manera u otra, una especie de confirmación espacio-tiempo de que algo anda bien, de que tu historia se entrecruza con la historia de otro, o de otra cosa.

Por eso es que me encanta, me encanta el tren que siempre llega a la misma hora, me encanta el pavimento que ya espera todos los días mi huella, me encantan esos personajes cuyos rostros conozco y sus miradas comparto… y me encanta tu sonrisa todos los días cuando entro al salón.
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Close Up

No quiero que te acerques, ya estás demasiado cerca. Ya viste todo lo que había que ver, no soy más que otro espécimen, otra piel, otro cabello.

No quiero que te acerques, que descubras mis facciones, que veas que soy diferente a los demás, no quiero que descubras quien soy, no quiero que trates de descifrar mi comportamiento.

No quiero que te acerques, que te des cuenta de mis defectos, mis imperfecciones, mis manías, mis adicciones, no quiero que veas los vértices de mis fallas, o peor aún… Que te des cuenta de mis virtudes, que te agraden mis defectos, que te encantes mis facciones y adores mi comportamiento.

No quiero que te acerques, porque podrías querer acercarte más de lo que yo quiero.

No quiero que te acerques, pero ya estas demasiado cerca como para alejarte.



Nota: No estoy viviendo una situación emocional de este tipo ahora, simplemente me fascina esa naturaleza que pueden los seres humanos a guardarse las cosas, al misterio, a no revelar lo que son, por qué? Es su más preciada posesión, la única, la absoluta. Me preocupa que cada vez a la gente le importe menos su identidad, parece estar de moda exponer tu vida hasta la última gota, parece ser malo no dejarte conocer, parece ser malo querer “ser” para ti mismo en vez de “ser” para los demás.

Creo que estoy un poco obsesionada con eso ahora, es que creo que me he dado cuenta de que para mantener relaciones emocionales entre humanos (dígase amistades, amores, familia, etc) es necesario darse a conocer, ser vulnerable, pero no se puede andar por la vida usando el corazón y el alma de uno como juguete de paso para los demás.

La imagen es alegórica porque me la tomé con una lupa (entiendes? Un close up? Una foto con lupa? Ah verdad que soy genial no?), específicamente la lupa del escritorio que uso ahora, lo que está abajo es el libro de biología, tenía examen. En verdad la imagen fue lo que inspiro el post, siento que cuando me tomo fotos muy de cerca, mirando a la cámara, mis ojos tienden a tener una tendencia al miedo, como si la cámara estuviese más cerca de lo que debería.
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