Dream a little dream of me.

Siempre digo que voy a hacer un diario de sueños, pero como todo lo mío, se me desordena en la cabeza y se pierde en los archivos del olvido. Digo esto porque no sé qué teoría tendrán ustedes de los sueños, hay gente que cree en diccionario de sueños que predicen el futuro, o que te dan claves de los números que tienes que jugar en la lotería. Hay otros que creen que tienen un enfoque más freudiano, y otros que creen en conciencias universales y arquetipos. Yo creo que mirándolo generalmente, la humanidad siempre ha tenido fascinación por los sueños, si analizan, todos soñamos, es algo que nos une, inclusive, existen temáticas y elementos similares, pero es la irracionalidad y variedad de las líneas e historias de nuestros sueños lo que los hacen objeto de investigación, el hecho de que normalmente nos desconciertan, nos muestran cosas que no entendemos, y que a primera vista no tienen ningún sentido.

Creo que todos sabemos que el hombre tienen la necesidad patológica de querer explicar todo, no hay lugar para la ambigüedad y el desconcierto. Para mí, esa es la clave y al mismo tiempo el problema de descifrar nuestros sueños, porque a mi parecer los sueños son hasta cierto punto indescifrables, porque no son más que divagaciones inconscientes de nuestro pensamiento. La verdad es que ignoro casi en su totalidad las teorías de consciente, preconsciente, subconsciente, conciencia universal o colectiva, arquitectura matrix, etc.. Pero en lo que si estoy bastante clara, creo que todos tenemos dos procesos mentales generales bien definidos, lo que pensamos y lo que no nos permitimos pensar.

Ahí estas tú, ahí estoy yo, nos levantamos en la mañana, cumplimos nuestra rutina de aseo, alimentación, acicalamiento y transporte al colegio, universidad, trabajo, o lo que fuere que hagas con tu vida. Inevitablemente durante el día, sin importar que rutina tengas, te detendrás a pensar en un tema que es innecesario para la eficiencia de la ejecución de la acción correspondiente en ese momento. Si estas caminando a algún sitio, puede ser que te fijes en la gente, en sus caras, en sus rostros, en sus ropas quizá, puede ser que te fijes en el tráfico, en las direcciones, puede ser que te estés pensando en lo que tienes que hacer en el día, inclusive puede pasar todo eso junto y mucho más, pero algo predomina, tienes que llegar a un destino, llegar a tiempo y cumplir tu función ahí. Puede ser que al llegar a clases o el trabajo, tu mente siga extendiendo los tentáculos de la exploración ambiental, en cuestiones desde el análisis de los estándares educacionales, la represión de la sociedad moderna, que bueno es el nuevo cd de Sandy y papo, ¿Por qué el señor de los pingüinos ayer no me devolvió la llamada?, que hambre tengo, o que molleja de bello esta fulanito, pero a pesar de cuanto puedas meditar en cada una de esas cuestiones, nunca podrás explorar todo el espectro que cada una de ellas genera, es imposible, es poco práctico y tenemos que emplear nuestra mente para realizar la siguiente tarea. Pero entonces ¿Qué ocurre con todas esas ideas? Para que sea posible que nos concentremos en algo distinto no podemos explorar cada una de las infinitas ramificaciones que puedan tener nuestros análisis y nuestras ideas, eso hace que todas esas ramas o derivaciones se conviertan en incógnitas pasivas, incógnitas en una pausa temporal a las que se superpone los procesos mentales de consciente activo.

Digamos que entonces tenemos el poder de enfocar nuestro consciente activo, pero no tenemos la capacidad de borrar los pensamientos anteriores, ni tampoco tenemos la habilidad de suprimir la innata curiosidad del ser humano.

Nos guste o no, somos criaturas en las que predomina la curiosidad, en eso se basa el avance científico y tecnológico. Se basa en querer descubrir, descifrar y desentrañar aquellos misterios que se esconden detrás de lo ordinario, y que le dan forma a nuestra realidad, ya sea que tengas la curiosidad lo suficientemente dormida como para no querer saber lo que hay al frente de la punta de tu nariz, o disfrutes de tu tiempo libre explorando los nihilismos de la vida, si eres humano, eres genéticamente curioso, quizá sea por selección natural, en la cual aquellos homo sapiens que pensaban más allá de lo ordinario eran los que sobrevivían, o porque nuestra mente es tan poderosa que requiere del entretenimiento, de la duda y el cuestionamiento, pero si, somos primariamente curiosos, o bueno, quizá primariamente animales, instintivos y secundariamente conscientes, analíticos y racionales, pero de alguna manera esa tendencia de curiosidad y exploración conceptual está ahí presente, latiente, en nuestro día a día, escondiéndose detrás de nuestro consciente activo, lo que no debemos, o no podemos pensar, todo eso está ahí, latiente, esperando a que nuestro control del consciente desaparezca, para manifestarse, como un mecanismo de nuestra mente ilimitada, y siempre activa, de ser, lo que no puede ser en el día, libre, sin amarres de moral, tiempo, sentimientos, pragmaticidad o represión, ahí están nuestros sueños, explorando nuestras ramas del pensamiento, del “porque” del “qué pasaría si”, entonces, ¿Qué es un sueño? Una recreación de algunas de las infinitas posibilidades de nuestra capacidad latiente y reprimida de diversificar el pensamiento, uno de los infinitos escenarios que recrea nuestra mente, como para desahogarse de la necesaria inhibición del consciente activo.

PD: Que loco.